La escritura, esa mujer indomable....
Escribir de a saltos dejando caer la piedra al azar en cualquier casillero, cielo-tierra son los únicos límites y esa enorme periferia que rodea la rayuela como una especie de nada existencial. La escritura busca su cuerpo agarrándose de los bordes de un círculo mágico donde las reglas de juego no son fijas, ni claras, ni concretas. La escritura cruza los límites de la rayuela, transgrede el espacio común y vaga fantasmal por las periferias, desde allí escribe su historia de desaparecida con un cuerpo sin rostro, buscando las máscaras para cada ocasión, Maga, Hechicera, Madre Universal, Mujer, Circe que modela animalitos de plástico de donde penden papeles arrugados en una vieja heladera blanca. Palabras condimentadas que desbordan del caldero de su cocina, se deslizan por el suelo, reptan, tratando de atrapar a los otros, de tirarles el lazo, de moverlos de su cuadrado numerado. NO SIGAN AVANZANDO, TREPANDOSE A LA RAYUELA. EL NUMERO 10 NO EXISTE, grita desesperada. Fuera de ese prolijo mundo está la vida, el juego está de este lado dice, montada sobre su máquina de escribir que ahora, es un caballo blanco y alado.
Adriana Agrelo
1 comentario:
No creo ser palabra autorizada pero siento que no puedo refrenar mi corazón que impone decir lo que ha movido este "a modo de presentación" de usted, Adriana. Me alegro de haber llegado aquí y nutrirme nuevamente con palabras ataviadas para el alma, un abrazo.
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