miércoles, 5 de enero de 2011

Estábamos en el muelle

En recuerdo de Delfina

Estábamos en el muelle, hablando sobre las cosas que nos gustaban; las milanesas, las papas fritas, el mate,  cuando nos preguntamos sobre los deseos.
Cristina dijo que ella sólo deseaba un momento, algo distinto, un instante tal vez. Entonces lo miramos a Horacio. Sabíamos que él quería  lo mismo. Y cada uno de nosotros,  pensaba que ellos debían estar juntos.
Después cuando volvimos,  el cuerpo de Horacio se había deslizado debajo del cuerpo de ella, resbalando casi muerto, tal vez muerto. Al verlo irse, así de esa manera,  me di cuenta del valor de una palabra,  la que él,  o la que ella,  ya no recuerdo quien, o la que los dos quizá, habían pronunciado.
Sonido que no pude fijar, aunque ni bien la escuché, ya sabía que la olvidaría.
Por eso la pensé como una palabra roja por el contenido y por la fuerza, también morada porque encerraba un pedacito del ´muaré´, de  esa cinta que envuelve las coronas al mismo tiempo que remitía a muro.
Entonces, cuando Cristina se levantó, yo me dije que no podía repetirle  el nombre.
La vi alejarse, en dirección al cañaveral del fondo. Justamente allí, cuando estaba apartando las cañas con la mano derecha, como para abrirse paso,  el sol le dió en la espalda.
Ella, con el pelo castaño, apenas enrulado, caminando sin aplastar el pasto, con la remera trepada que dejaba ver el borde de la bombacha, como si fuera un personaje de una vieja película, se dió vuelta, sonrió por sobre el hombro, movió la cabeza.
El cerco retomó el lugar que tenía en el espacio, antes que ella se internara. Sonrisa triste pero tranquila y yo me quedé en el muelle, porque estábamos sentados sobre las maderas de un muelle y el río corría por debajo.
Me dí cuenta que no me había fijado si el agua subía o bajaba, pero de todas maneras eso, lo del fluir o lo del movimiento constante, ya había dejado de tener importancia. 

Inés Williams
Licenciada en Letras, escritora argentina, gestora cultural. Se desempeña como Directora de Cultura de la Biblioteca del Congreso de la Nación, está a cargo de programas de promoción de la lectura desde 1986 hasta la actualidad, tanto en la provincia de Buenos Aires, en la Secretaría de Cultura y otras instituciones. Publicó la novela "Sin puertas la pared" y el libro de poemas "Circunstancias" entre otras publicaciones.

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1 comentario:

Astrid Mel dijo...

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