jueves, 31 de marzo de 2011

¿Discriminación, Olvido o Ignorancia?

Estimadas lectoras/escritoras, coloco este enlace simplemente para que vean que esta web "Cuentos Latinoamericanos" no menciona ninguna escritora en su catálogo. Las escritoras estamos invisibilizadas en el mundo literario?

http://cuentos-latinoamericanos.com/
No existe en esta página una referencia a correo electrónico, así que he decidido escribir este post. A veces pienso si no será demasiado sectario tener un blog de "mujeres que escriben" pero día a día me convenzo de la necesidad de difundir la literatura escrita por mujeres, consagradas o no, porque evidentemente nos cuesta mucho conquistar un espacio. Deberemos hacer como muchas escritoras de antaño y ponernos un seudónimo masculino?  ¿Cerrad el círculo y velar por él? ¿Así piensan los escritores? Esa negación constante que se da en conferencias, antologías de cuento, webs, deberia tener una contrapartida. Será que nosotras no sabemos ocupar espacios de poder? No nos consideran personas que escriben, a lo sumo aparecen antologias de narradoras, ediciones de escritoras como la que en algún tiempo editó La Nación pero siempre un grupo apartado del mundo literario "masculino". Habría que pensar si no somos culpables en parte de esta postergación, si no estamos esperando la aprobación de ellos, los escritores, que nunca llega. Es para reflexionar, no?

miércoles, 23 de marzo de 2011

Dibujos y Poesías, Leticia Paolantonio

Hacer lugar


Hacer lugar
Nos vamos desprendiendo las escamas
Los prejuicios
Las ideas
Las grandes cuotas de grandeza
Las deudas con el banco y la sociedad
Las deudas con alguna conciencia
Que puede ser la nuestra
Nos desprendemos de la piel
Las palabras de un pasado incontrolable
Las heridas
Los pactos
Las alianzas
Las bolsas de residuo
En las que no queremos volver-a-re-volver
En poco tiempo nos quedamos desnudos
Y las moscas crujen alrededor
Entonces miramos esa escalera con hilachas
Que pende amenazante sobre el vacío
Que se acaba de vaciar
Y desnudos
Y vacilantes y desmentidos
Nos preguntamos por el núcleo duro
De todo eso que quedó

 

 

 

 

 

Atravesando


img017
Afrontar el riesgo de elegir
Andar
Y caerse
Aunque duela
Aunque implique consecuencias
Inesperadas
Aunque signifique resignificarnos
Y ser otros
De a poquito
Ir siendo otros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Realidades


Si las ventanas son un filtroConstruciones muestra
Si toda ventana es un filtro alguna vez
Y si eso significa que no vemos la realidad
Sino mediante fantasmas
Que nos ayudan a que todo
Todo
Sea más representable
Fácil de aceptar
¿Qué pasará cuando
Vos
O yo
Decidamos dar una vuelta por el parque
Y mirarnos desde el otro lado?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Construcciones


Construcciones
Que se amontonan como barricadas
Como muros de contención
Como posibilidades que temen
Por sí mismas
Que los puentes siguieran trazándose
Construcciones que muestran decisiones
Cosmovisiones
Modos de hacer, ver y entender
Pedacitos de la vida
Que duelen
Que dejan ver fisuras y raíces secas
Que hablan del pasado y del deseo
Que están ahí
Ahí
Quietitas y cambiando todo el tiempo
Prestas a seguir creciendo o derrumbarse
En un instante u otro u otro
Y que tal vez por eso
Amenazadas por la promesa de la falta permanente
Eligen seguir temiendo
Y seguir trazando puentes



Leticia Paolantonio: 


Profesora Universitaria en Artes Visuales, por la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” y el IUNA.


A lo largo de su carrera, ejerció la docencia en diferentes instituciones educativas formales (en los niveles primario, secundario y universitario). Participa en diversos proyectos de arte en distintos espacios culturales y coordina el Taller Violeta. Artista plástica, expuso en diversos salones y obtuvo premios en diferentes certámenes de pintura, grabado y fotografía. Ilustra y es coordinadora de ilustración de la revista Casquivana.


Para leer más sobre Leticia: Construcciones











 

martes, 22 de marzo de 2011

Viviana Ayilef


(1981; reside en Trelew)

Arte poética

La poesía viene después.

Antes están los eternos compañeros,
las miradas de los hijos,
los viajes extendidos por los hombres,
—entre sus sombras,
sobre sus cuerpos,
por sus historias otras—.

Y la palabra
—siempre— vendrá después:
antes la lluvia, el desplazarse.
Vivir migrando entre lo propio más ajeno:
en las ausencias,
en los despojos.

Porque si viene,
aunque tardía,
toda palabra llegará
únicamente
para calmarnos.

Antes la sed.
Antes,
la vida.




No Naceré aloscuro

No aclamarán tambores mi presencia.
Ni habrá discursos patrios ya.

No vengo a ver vivir, ni a financiar mi muerte.

Vine a surgir sin brisa que me empuje
sin bronces que me auspicien.

Sabía del silencio y la impostura,
he conocido del corazón gimiente.
Compondré mis canciones en sus jardines de otoño,
con sangre
y sello propio.

Y después:
luz desde agónicos ríos,
aguas de lluvia urgente que beber,
golpes de corazón pujando al tiempo

bailes —paganos bailes que molesten—

No gustarán sus aires mi respiro.
Ni segarán la tierra.
Ni dormirán en paz.
Ni calmarán su sed
de siglos.

Saludaré la luna y el invierno.
Comeré de los soles sus sentidos.

Nunca pedí permiso.

Los vastos territorios son el fuego
en que me quemo/
en que renazco
y no hay espera.




Los niños nuevos

El rostro
noble
de un hijo nuevo
estalla como colores,
arcos de iris verdes,
refracciones de luz.

Estalla como caminos plenos
con avispados sauces,
que -felices-
se sublevan, Galileo.

El rostro
nuevo
de un niño noble
remonta barriletes por los azules aires en la siesta
y vuela hacia lo lejos,
para poblar con panaderos
el invierno.

El rostro
niño
de un hombre nuevo
restaura barcos de guerra, heridas,
ausencias tantas:
huecos
sociales.

El rostro
hombre
de un niño nuevo
nunca podrá brillar, curar dolores,
beber agua de manantial, regar sonrisas
contar o crear cuentos
—nunca jamás—.

Los niños nuevos
tienen la libertad
de andar carita al viento
con todo el sol que ampare
sus siluetas
correteando
hacia el atardecer de la mirada
del adulto
que más tarde serán
     sólo más tarde—.




Poema para la Resistencia

El niño que yo fui
no entró en El Capital
ni en calles del martirio
ni humedeció brillojos-de-tristeza.

Tuvo su barco de papel
y alguna vez
dolió palabras
en su cuerpo.

El otro niño —niño mismo—,
canciones y poemas tuvo.
Agua de lluvia que beber,
papá y mamá en la tempestad
brazos, caricias.

El hombre viejo de hoy
indaga en el espejo, y ríe.

Termina este poema
y tiende

un mundo pleno de palabras

para el niño que espera
el barco que le salve
del olvido.