lunes, 11 de febrero de 2008

Hanni Ossott, Poemario


La noche y la luz

La Noche se va haciendo en mí profunda
revocable como una estación
La oscura esfera de lo oscuro
ha inundado mi ámbito
y se cierra como el beso de dos cúpulas
Ya yo no sé cuál es mi fondo
Soy ahora noche entera
Conservo palabras
pero hoy
ellas no son lo suficientemente diurnas
no pueden guiarme
no son linterna
ni lamparita de media noche
Pienso en Delfos, debo recordar Delfos
cóncava
iluminada
abierta

Debo pensar en el espacio más luminoso del mundo
Delfos, lugar nocturno hecho luz
Es preciso
es preciso realizar de la noche la Luz

La mordida profunda

Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo y mi ansia.

Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina
por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos

Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor…
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.
Ella era bella y de ella aprendí este horror…

¿De qué hablaré hoy?
¿de su rostro?
¿su traje?
¿de sus ojos?
hubo y la vi
una pleamar…
hubo pasado
trajes hermosos colgados en clóset
alcanfor…
y la música
para apaciguar
¿De qué hablaré hoy?
de ustedes?
que no me conocieron?
de ustedes?
que no me conocerán…?
soy sólo hoy un pedazo de luna
el rasgo de una playa
el arañazo de un gato
el beso de uno que se creía violento
y a quien mordí
Ella
era bella.
Y de ella aprendí este horror.

A Lena, mi madre
A Arlette Machado
Las pastillas

Una pastilla
dos pastillas
tres pastillas
seis pastillas
Dayamineral
Carbonato de Litio
Haldol
Neubión
Oranvit
Rivotril 2 mg
¿y el médico?

Deambulando por ahí…ahí como en la Luna
Sin saber de la verdadera enfermedad

La enfermedad es el vivir
la única
La enfermedad es el cuerpo
y las pastillas no sirven de mucho

Sólo sirve el alma
haciendo cuerpo
y el cuerpo haciendo alma

¡Fuera el Lexotanil!
Ciao bambino…

Poesía

Quien vive la poesía, vive la tensión.
El cielo, la tierra, los hombres les resultan extraños.

Calla: aquí vive un Angel...! un pájaro!

La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Réquiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
la caricia final
susurrada
infinita
¿Qué es ser poeta?
Llorar.
Llorar. Infinitamente.
Y escuchar una voz de hombre
silente y viril
por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.
Y los hombres poetas deben ser femeninos.
Y las mujeres poetas deben ser masculinas
Y esta es ley de Dios
Ley sagrada

Mi amor yace en un pozo

Déjame escribir
al menos escribir
es lo mínimo que se puede pedir
La noche está fresca
y no hay casi carros por las calles
las flores están floreciendo a su manera pero es de noche
y las flores también tienen un modo de florecer al anochecer
También
-me imagino
que «hay amores que matan»
pasiones, grandes pasiones.
Mi amor, mi gran amor yace en un pozo
allí florecen raras flores
flores que no saben cantar ni bailar
todo es mustio allí
Me he entregado a un amor raro
sin nervios
sin locura
sin gritos
ni pasión
puro intelecto
Al menos déjame escribir
esta noche
un poema
Al menos se trata de una pasión.

La poeta venezolana Hanni Ossott (Caracas, 1946-2002) fue profesora de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, donde había recibido su Licenciatura. Recibió los Premios Nacionales de Poesía Ramos Sucre y Lazo Martí. Publicó además crítica de arte y varios libros de ensayos sobre la poesía. La editorial Bernardo Infante ha recogido recientemente su obra bajo el rótulo de Poemas selectos.

Foto: Sandra Pérez - fotógrafa cubana

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