Acaso un icono desconocido aún, haya tomado impulso y atrevido salpicó rojas palabras sobre el texto.
Tal vez la semiótica individual, haya decidido remontar otro vuelo.
Cada frase puntuada en otro ritmo, cada idea escrita sin derroche, ¿será casual?
La intimidad del texto, teñida por todos los sentidos, pertenece a otro entorno.
Tiempos almacenando significantes, amasados en una cotidianidad que transluce el disfrute.
La gramática, los tiempos, la poética son otros.
No solo cambio la ortografía.
Soy otra mujer.
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