viernes, 24 de febrero de 2012

Poema de Verónica Barrionuevo



ILUSIONISTA

te saludábamos con la mano cuando veíamos
tu bicicleta celeste desaparecer en la esquina
al doblar se doblaba
no te miento: se volvía de un material
blando
de plastilina o de una aleación moldeable
y giraba hacia sí misma
suavemente, con una elegancia
casi imperceptible

se podía decir que se había replegado
como una figura en papel un delfín de origami

gestores de nuestra propia miopía
una última recolección del empirismo
éramos testigos de lo imposible
y queríamos creerlo como quiere
creer quien ve el acto de un ilusionista

como sea estas son todas palabras
sospecho

 hermosas para disimular lo triste
o hermosas en lo triste: te veíamos irte
en esa bici imposiblemente curva
y sentíamos
que se doblaba también la casa
la esquina los árboles
los canteros los confines del barrio otros planetas

se torcían cientos de kilómetros
      bajo nuestros pies
los carocitos calientes que sostienen el mundo.





Verónica Barrionuevo (Buenos Aires, Argentina, 1979)
Ilustración: Silvia Schmid

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